Empanada de carne con setas
Me encanta cocinar las setas de octubre en pleno mes de Marzo. Sobre todo si hace calor y es para llevarlas a la playa.
Casi todo el mundo me ha dicho que las setas hay que cocinarlas antes de congelarlas, o al menos escaldarlas, pero mi vecina Toñi, a quien tengo que agradecer su deliciosa mermelada de fresas, fue la primera que me contó cómo congelaba las setas: al natural, se cepillan, al taperguare y al congelador, duran una barbaridad, y del resto (textura, sabor...) están como recién cogidas. Conozco más gente que lo hace así y me comentan lo mismo.
Yo lo hago de esta manera, de la cesta al congelador y a la tartera directas del congelador, y el resultado es muy bueno.
Este año hemos encontrado un vergel muy cercano y no dabamos abasto para regalar, cocinar y conservar tantos boletos y níscalos. Así que aún atesoro unos cuantos tapers en congeladores ajenos que voy dosificando a lo largo del año como quien saborea, uno a uno, los meses que faltan para la temporada siguiente.
Tenía carne para guisar y decidí hacer una masa de empanada que hace mi suegra y que está para chuparse los dedos, y para aquellos que no les guste la cebolla les recomiendo probarla de esta manera: la he sustituido por puerros y el resultado es simplemente delicioso, ya que el puerro es muy aromático y no tan crujiente como la cebolla.
INGREDIENTES:
1 KG Carne de ternera
200 gr de setas (yo le puse boleto y níscalo, pero vale shitake, cardo, colmenilla o cualquiera que huela, o sea nada de pleurotus ni champiñón ni similares, a ser posible, claro)
3 Puerros grandes2 Dientes de ajo
Perejil picadito
1 Pimiento verde
1 Pimiento rojo
1/2 vaso vino
1/2 vaso caldo
Pimienta
Aceite de Oliva
Sal
1/2 KG HARINA
1 NUEZ DE LEVADURA1 VASO DE AGUA TEMPLADA CON SAL
1 HUEVO BATIDO PARA PINTAR
Lo primero es cocinar la carne, y para ello, pondremos una tartera o una sartén grande al fuego con un buen chorro de aceite (que cubra bien el culo de la tartera) y añadimos el ajo fileteado y el perejil, y, a continuación, el puerro.
Rehogamos bien con el aceite y le añadimos el pimiento, todo bien cortadito en juliana. Añadimos un poco de sal y dejamos que se pochen bien.
Agregamos la carne cortada en daditos y la rehogamos bien, cuando esté bien dorada añadimos las setas y las rehogamos bien durante un par de minutos.
Añadimos el vino, el caldo, la pimienta y la sal y dejamos que la carne se cocine bien hasta que se evapore el líquido y la carne esté tierna.
Para preparar la masa de la empanada haremos un volcán con la harina y se le añade el agua donde hemos deshecho la levadura y se amasa añadiéndole más harina si es necesario.
Si tenemos thermomix, no hay más que añadir el agua, la sal y la levadura y programar 1 minuto velocidad 3 a 37 grados, añadir la harina y amasar un minuto velocidad espiga.
Esta masa, si nos sobra, se puede congelar y volver a amasar una vez descongelada, o congelar estirada para preparar una pizza en otro momento (se enrosca en papel de horno).
Una vez que tenemos una masa compacta y sin grietas (lo comprobamos si al hundir el dedo la masa vuelve a su forma original) la dividimos en dos con un cuchillo y la estiramos con el rodillo hasta darle la forma que se desee, teniendo en cuenta que esta primera mitad ha de quedar un poco más grande, ya que es la que nos permitirá enroscar el bordillo de la empanada.
Colocamos esta masa sobre la fuente o molde o bandeja que vayamos a utilizar y estiramos la otra parte de masa que cubrirá la empanada
Disponemos la carne sobre la base de la empanada con cuidado de que no quede demasiado aceitosa ni líquida, puesto que esto impediría que la masa quedara crujiente.
Con cuidado colocamos la tapa y cortamos la masa sobrante si es necesario. Enroscamos el borde superior sobre el inferior haciendo una especie de dobladillo y colocamos algunas tiras enroscadas de masa sobrante a nuestro gusto.
Es el momento de firmar tu obra como la imaginación te sugiera. Yo he puesto un boleto solitario en esta empanada, pero también podéis poner vuestra inicial, o las de los ingredientes, o lo que se os ocurra.
Se pincha la tapa con un tenedor y se le hace un agujero en el centro, se pinta con huevo y se mete en el horno a 180 grados hasta que la masa quede bien crujiente y doradita, más o menos una media hora .
Está muy rica si se come recién hecha, pero es muy fácil de transportar y comer de pie con una servilleta. Además, se puede rellenar de prácticamente de cualquier cosa que esté buena.
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